24 de agosto de 2013

Ecuador: los jueces los condenan, los hechos les dan la razón


El pasado 19 de julio los jueces de la Corte de Justicia de la Provincia Amazónica de Morona Santiago declararon culpable del delito de sabotaje y terrorismo a Pepe Acacho y Pedro Mashian. Acacho es integrante de la Asamblea Nacional, órgano legislativo de Ecuador, representante del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik (MUPP). El MUPP es un movimiento político ecuatoriano de tendencia indigenista y anticapitalista, surgido en el año 1995 que tiene 5 representantes en la Asamblea Nacional. Pedro Mashian es presidente de la Junta Parroquial de Sevilla Don Bosco.

Ambos enfrentan un juicio por terrorismo organizado desde septiembre de 2009, por las protestas sociales desarrolladas en defensa del agua que fueron fuertemente reprimidas por la Policía Nacional y donde resultó muerto el profesor Bosco Wisuma. Ambos líderes se declaran inocentes de los cargos de los que son acusados.
A pesar de los reclamos de varias organizaciones a las autoridades pertinentes, para que realizasen una investigación sobre estos acontecimientos y no quedara impune el fallecimiento de una persona, la administración de justicia ha criminalizado el ejercicio de derechos legítimos, consagrados en la Constitución ecuatoriana, como son el de organización y libre expresión, calificándolos como actos de terrorismo agravado.
Las  acciones de estos líderes sociales se enmarcan dentro de procesos de resistencia social contra la Ley de Aguas, debido a que el Estado central no agotó los mecanismos formales y legales de diálogo para procesar los reclamos, dejando a las organizaciones el único recurso de la protesta social. La Constitución en el Art. 98 garantiza que “Los individuos y los colectivos podrán ejercer el derecho a la resistencia frente a acciones u omisiones del poder público o de las personas naturales o jurídicas no estatales que vulneren o puedan vulnerar sus derechos constitucionales, y demandar el reconocimiento de nuevos derechos.”
En este caso concreto, las acciones eran en defensa de la naturaleza, que también goza de derechos consagrados constitucionalmente en Ecuador. Esta reacción social, ocasionó la persecución política en contra de líderes indígenas, campesinos y sociales.  Se inició  un proceso de criminalización contra la protesta popular a tal punto que más de 174 dirigentes se encuentran procesados e investigados por la justicia.  Esta situación  atenta contra expresas garantías constitucionales y conlleva a callar la voz del pueblo creando un clima de miedo y temor.
Las movilizaciones de los pueblos amazónicos del año 2009 contra la Ley de Aguas no eran por acceso al agua ni porque hubiera escasez o porque querían apropiarse de ella, de hecho, si es que hay agua disponible en la región Amazónica es porque los pueblos indígenas han cuidado de ella. Acacho expresó públicamente su posición de no permitir la explotación petrolera y minera en territorio shuar sino mantener las condiciones de vida y cultura de su pueblo: agua, bosques y tierra.

La preocupación de los pueblos Shuar siempre ha sido impedir que el agua  se viera amenazada por mineras y petroleras, como acaba de ocurrir en la provincia vecina de Azuay donde colapsó semanas pasadas un depósito de desechos mineros de la empresa concesionaria minera de nombre “Barranco Colorado”, propiedad del portugués Alexander Joaquín Bemposta, en Shumiral.

De acuerdo a información publicada en “La gran época” el 17 de agosto todos los desechos iban a las aguas del río Chico, que se une con el curso del Gala, Tenguel y Pagua, los cuales desembocan en las camaroneras y los manglares. La misma publicación informa que el Presidente de la Junta Parroquial de Tenguel, Julio Símbala, advirtió que en su jurisdicción se hallaban miles de peces muertos. El alcalde de Ponce Enríquez dijo que es una "tragedia ambiental", que a lo largo de 13 hectáreas se evidencia el lodo que arrasó con todo a su paso y afectó a los poblados que utilizan el agua para sus actividades.
Por otra parte se denunció que los mineros ubicados aguas arriba del sitio del desastre, aprovechando el caos, también vaciaron los relaves venenosos que contenían sus piscinas; hecho afirmado por vecinos que observaron que las aguas tenían un color plateado desde otros puntos aguas arriba al lugar del siniestro.

Ahora la población es aconsejada por el Ministerio Ambiental que eviten el uso del agua de rio "bajo ninguna circunstancia" mientras investigan el grado de contaminación del agua “cianurada”.
El presidente de la Junta Parroquial de Tenguel, Julio Símbala, sostuvo que “la piscina fue construida anti técnicamente, ya que los residuos eran sostenidos por sacos".  Sin embargo años atrás cuando se construyeron estas “plantas de cianuración” la Fundación para la Investigación Geológico Minera y Ambiental en el Ecuador (FUNGEOMINE) las promocionaban como "una moderna planta de cianuración con tecnología de punta que está prevista para apoyar la descontaminación de las aguas".

Hechos como este demuestran que era necesario ir contra la Ley de Aguas para preservar este preciado bien que hoy se encuentra seriamente comprometido por el accionar de empresas mineras en muchas regiones del Ecuador.  

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