27 de marzo de 2012

SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE GUATEMALA

Pronunciamiento de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Socio Ambientales ante el asesinato del Compañero Ovidio Ortiz y la ola de criminalización contras sectores sociales y organizaciones ambientales


El 25 de febrero del presente año la Asociación Para la Promoción y el Desarrollo de la Comunidad “CEIBA” sufre el robo de sus oficinas, con la pérdida de sus equipos informáticos, equipos en los que se encontraba información del trabajo que esta organización realiza en pro de las comunidades indígenas guatemaltecas.

El 3 de marzo la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Guatemala), sufre también un robo en sus instalaciones, de manera similar a lo ocurrido con CEIBA.

Este 25 de marzo es asesinado el compañero LUIS OVIDIO ORTIZ junto a cuatro compañeros sindicalistas, el compañero Ovidio ha dedicado su vida a la defensa de los derechos de salud de los pueblos y de sectores sindicales de Guatemala.

Frente a estos hechos

· Nuestra organización se solidariza con las compañeras y compañeros que se ven afectados por estos actos de intimidación y de manera particular nos solidarizamos con la familia del compañero Ovidio, a quienes acompañamos en su dolor.

· Llamamos a las autoridades a esclarecer estos hechos, que no quede en la impunidad el proceso de intimidación y criminalización de los defensores sociales.

· Denunciamos que los hechos ocurridos no son actos realizados al azar y mucho menos son actos de delincuentes comunes; como pretenden hacer ver, son hechos selectivos que buscan intimidar a Defensores de Derechos Humanos, la población y a los líderes y lideresas que resisten la expansión de proyectos mineros en territorios indígenas

· Por último, llamamos a la comunidad internacional, a las redes de defensores de los derechos socio ambientales a denunciar y vigilar los hechos que ocurren en Guatemala de manera activa y solidaria.


América entera camina en defensa de la Madre Tierra, no a la expansión minera, ni a la violación de los Derechos Humanos.

14 de marzo de 2012

Bolivia de Luto

Domitila Barrios de Chungara
Bolivia está de luto por el fallecimiento de Domitila Barrios de Chungara, defendió la lucha conjunta de mujeres y hombres contra la explotación laboral y el retorno de la democracia en la década del 70.

Autora del libro "Si me permiten hablar". 
Chungara fue dirigenta de las amas de casa de las minas, fue marginada de la dirigencia sindical. 

Posteriormente ingresó a la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, a través de la cual hizo un gran trabajo de denuncia para visibilizar lo que pasaba en el país. En 1978, junto a un grupo de mujeres, realizó una huelga de hambre que posteriormente derivó en la renuncia de Hugo Banzer, quien había asumido la presidencia de Bolivia tras un golpe de Estado.
 
Domitila Chungara, una mujer de las minas y su legado

Uno de los compañeros de lucha de Chungara, autor de este artículo, narra las vivencias y la larga trayectoria de luchas sociales y sindicales de la ex dirigente minera, que trascendieron incluso las fronteras de Bolivia. Además destaca la fortaleza de la mujer que dejó su huella por la democracia.

VÍCTOR MONTOYA

La Paz
A doña Domi, como la llamaban cariñosamente los vecinos, la conocía desde siempre, desde cuando vivía en el distrito minero de Siglo XX y vendía salteñas en una canasta de mimbre, a poco de elaborarlas con la ayuda de sus pequeñas hijas, quienes mondaban las papas y arvejas antes de marcharse a la escuela. Por entonces no era ya palliri*, sino dirigente del Comité de Amas de Casa. Corrían los años 70 y el país atravesaba por una de las etapas más sombrías de su historia.
En algunas ocasiones coincidimos en las manifestaciones de protesta contra la dictadura militar de Hugo Banzer Suárez y en las apoteósicas concentraciones en la plaza del Minero, donde está el monumento de Federico Escóbar Zapata, el busto de César Lora y el edificio del Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Siglo XX, desde cuyo balcón pronunciábamos discursos antiimperialistas; ella en representación de las amas de casa y el que firma esta crónica en representación de los estudiantes de secundaria de la provincia Bustillo y como presidente del Colegio 1 de Mayo.

Hija de benemérito
También recuerdo a su anciano padre, benemérito de la Guerra del Chaco y progenitor de seis hijas en su primer matrimonio. Don Ezequiel, jubilado de la empresa minera y preocupado siempre por la manutención del hogar, se dedicaba a recorrer por las calles de Llallagua ofreciendo ropas de casa en casa. Lo interesante del caso es que, además de vender prendas de vestir, llevaba la palabra evangelizadora de Cristo hasta los hogares más humildes. Lo conocí un día que fue a ofrecernos pantalones guararape. Mi madre lo hizo pasar al living y, luego de probarme algunos, compramos uno al contado y otro al fiado. Cuando le dije que el botapié de uno de los pantalones me quedaba demasiado largo, él se brindó a subirlo en un santiamén con sus divinas manos de sastre. Ese mismo día, ni bien se hubo marchado, con la amabilidad y el respecto que lo caracterizaban, le comenté a mi madre que don Ezequiel tenía la misma barbita que el viejo Trotsky. Mi madre esbozó una sonrisa y asintió con la cabeza.

La lucha de la mujer

En 1975, cuando doña Domi viajó invitada a la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, organizada por las Naciones Unidas y realizada en México, se supo la noticia de que su voz y figura destacaron en el magno evento, donde, en franca oposición a las reivindicaciones de las lesbianas, prostitutas y feministas de Occidente, explicó que la lucha de la mujer no era contra el hombre y que su liberación no sería posible al margen de la liberación socioeconómica, política y cultural de un pueblo.
Doña Domi estaba convencida de que la lucha por la liberación consistía en cambiar el sistema capitalista por otro, donde los hombres y las mujeres tengan los mismos derechos a la vida, la educación y el trabajo. Dejó claro que la lucha por conquistar la libertad y la justicia social no era una lucha entre sexos, entre varón y mujer, sino una lucha de la pareja contra un sistema socioeconómico que oprime indistintamente al hombre y a la mujer.
Por otro lado, disputándose los micrófonos con sus adversarias, dijo que en una sociedad dividida en clases no sólo había una diferencia entre la burguesía y el proletariado, sino también una diferencia entre las mismas mujeres; entre una académica y una empleada doméstica, entre la mujer de un magnate y la mujer de un minero, entre una que tiene todo y otra que no tiene nada.
Así fue como las sonadas intervenciones de doña Domi, en su condición de esposa de trabajador minero, madre de siete hijos y dirigente del Comité de Amas de Casa, produjeron un fuerte impacto entre las feministas más recalcitrantes, debido a que sus palabras transmitían la sabiduría popular y todo lo que aprendió tanto en los sindicatos mineros como en las escuelas de la vida.

Deslumbró a la prensa
No en vano la educadora y periodista brasileña Moema Viezzer, deslumbrada por el poder de la palabra oral de una mujer simple, que sabía simplificar las teorías más complejas en torno a la lucha de clases y la emancipación femenina, decidió seguirla hasta el campamento minero de Siglo XX con el firme propósito de continuar escribiendo el libro Si me permiten hablar... Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia, que, a poco de ser publicado en México y traducido a varios idiomas, se convirtió en la obra más leída entre las feministas del mundo.
Los trabajadores mineros, en sus triunfos y en sus derrotas, contaban siempre con el apoyo incondicional de sus mujeres e hijos, quienes actuaron como sus aliados naturales de clase desde los albores del sindicalismo boliviano. Por eso mismo, volví a coincidir con doña Domi en el Congreso Nacional Minero de Corocoro, inaugurado el 1 de mayo de 1976, ocasión en la que planteó la necesidad de organizar una Federación Nacional de Amas de Casa, afiliada a la Central Obrera Boliviana (COB), mientras los trabajadores clamaban por sus justas demandas, exigiendo al gobierno el respeto del fuero sindical y la amnistía general.

Huelgas revolucionarias
Semanas más tarde, derrotada la huelga minera en junio de 1976, y ocupada militarmente las poblaciones de Llallagua y Siglo XX, la encontré en el interior de la mina, donde los dirigentes nos refugiamos de la sañuda persecución que desató el gobierno. Doña Domi estaba en el último mes de embarazo y su vientre parecía un enorme puño de coraje. Sin embargo, por razones de salud, se decidió sacarla a un lugar seguro para que diera a luz en mejores condiciones. Después se supo que tuvo mellizos, una nació viva y el otro muerto, probablemente, afectado por los gases malignos de la mina, pues cuando lo sacaron de su vientre el niño estaba casi en estado de descomposición.
A principios de enero de 1978, cuando ya me encontraba exiliado en Suecia, su nombre volvió a saltar a la prensa una vez que se incorporó a la huelga de hambre iniciada por cuatro mujeres mineras y sus catorce hijos en el Arzobispado de la ciudad de La Paz. La huelga, que estalló el 28 de diciembre de 1977, tenía el objetivo de exigir al gobierno la democratización del país, la reposición en sus trabajos de los obreros despedidos, el retiro de las tropas del Ejército de los centros mineros y la amnistía irrestricta para los dirigentes políticos y sindicales.
Se trataba de una lucha heroica y sin precedentes, ya que nadie se imaginaba que una huelga emprendida por Aurora de Lora, Nelly de Paniagua, Angélica de Flores y Luzmila de Pimentel pudiese tumbar a una dictadura militar, que estaba decidida a mantenerse en el poder por mucho tiempo. Pasaron los días y los acontecimientos históricos cambiaron de rumbo: las cuatro mujeres —respaldadas por curas, obreros, estudiantes y campesinos que fueron sumándose a la huelga de hambre en diferentes puntos de la sede de gobierno, más las olas de protesta que crecieron como la espuma en el territorio nacional— doblaron la mano dura del general Hugo Banzer Suárez, quien cedió en sus posiciones y decidió convocar a elecciones generales para el 9 de julio de 1978. De este modo, una vez más, doña Domi y las valerosas mujeres mineras demostraron al mundo que una chispa en el polvorín puede provocar una enorme explosión social y que no existen dictaduras que puedan contra la voluntad popular.

Su legado en Europa
Años más tarde, ya en Estocolmo, nos reencontramos y abrazamos. Todo sucedió tras el sangriento golpe de Estado protagonizado por Luis García Meza y Luis Arce Gómez en julio de 1980, justo cuando ella participaba en una Conferencia de Mujeres en Copenhague. Sabíamos que el sangriento golpe, que dejó un reguero de muertos y heridos, estaba financiado por los narco-dólares y que en los operativos actuaron los paramilitares reclutados por el nazi y 'Carnicero de Lyón' Klaus Barbie.
Se organizó un mitin en Kungsträdgården (El Jardín del Rey), desde donde partimos juntos, entre banderas y pancartas, en una marcha de protesta que ganó las principales calles de Estocolmo.
En Suecia, al margen del derecho a la reunificación familiar que le permitió reunirse con sus hijos, constató que las mujeres latinoamericanas se rebelaron contra su pasado de servidumbre y sumisión, amparadas por las leyes que defendían sus derechos más elementales, en igualdad de condiciones con el hombre. Estaba, acaso sin saberlo, en una nación que había superado las desigualdades de género y derribado los pilares de la sociedad patriarcal.
La emancipación de la mujer pasó del sueño a la realidad y el decantado feminismo de los años 60, a diferencia del chauvinismo machista, se transformó en una de las fuerzas decisivas en el seno de izquierda sueca, que combinaba la lectura de los clásicos del marxismo con las obras de Alexandra Kollontai, Simone de Beauvoir, Alva Myrdal y otras luchadoras que poseían una inteligencia capaz de desarmar a cualquiera.
Doña Domi comprendió rápidamente que las suecas, a pesar del consumismo y la falta de calor humano, habían conquistado ya varios de sus derechos desde principios del siglo XX.
En 1919 se les concedió el derecho al voto y años después el derecho al divorcio, en 1938 se legalizó el uso de los anticonceptivos, en 1939 se promulgó una ley que prescribía que las mujeres no podían perder su trabajo debido al embarazo, parto o matrimonio. En 1947 se tuvo a la primera mujer en el gobierno y en 1974 se estableció la normativa de que ambos padres tenían derecho a un total de 390 días para cuidar a sus hijos, recibiendo el 80% del salario. Más todavía, en 1975 se legalizó el derecho al aborto sin costo para todas las mujeres y en los años 80 entró en vigor la primera ley contra la discriminación por razones de género en el sistema educativo y en el ámbito laboral, además de que la mujer ya no tenía la necesidad de elegir entre su familia y la carrera profesional, gracias a un amplio sistema de seguro social y asistencia infantil.

Regreso triunfal
Así fue como doña Domi, sin perder las perspectivas de que otro mundo era posible, aprendió la lección de que si en este país pudieron conquistarse las reivindicaciones femeninas pasito a paso, ¿por qué no iba a ser posible lograr lo mismo en otros países, donde las mujeres desean convertir sus pesadillas en sueños y sus sueños en realidad?
Con esta pregunta y su nueva experiencia de vida, que le permitió vislumbrar que tanto las mujeres como los hombres pueden gozar de los mismos derechos y las mismas responsabilidades, empezó a planificar su retorno a Bolivia tras la recuperación de la democracia.
Dejó a sus hijos en Suecia y acudió al llamado de la Pachamama (Madre Tierra), para seguir luchando por un futuro más digno que el presente. Eso sí, esta vez más convencida de que para lograr la liberación de la mujer no sólo hacía falta cambiar las infraestructuras socioeconómicas de un país, sino también las normativas de la convivencia ciudadana y la mentalidad de la gente. Y, aunque en el pasado fue perseguida, encarcelada y torturada, doña Domi se negó a callar y volvió a pedir la palabra para seguir hablando contra las injusticias sociales con la misma convicción y el mismo coraje de siempre, ya que su testimonio personal es, por antonomasia, una gran lección de vida y de lucha. Si no me lo creen, los invito a leer Si me permiten hablar…, de Moema Viezzer, y ¡Aquí también, Domitila!, de David Acebey, dos libros que sintetizan lo mejor de doña Domi, una indomable mujer de las minas.

* Palliri: Trabajadora que, a golpes de martillo, tritura y escoge el mineral de las rocas.
 

8 de marzo de 2012

Queremos Flores

Gioconda Belli

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas, qué poco,
para que el mundo acumule flores frente a
nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos
y ayudáramos en la cocina.
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía.
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas.
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir a riesgo de nuestras vidas.
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte.
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas y nos encerraron por locas.
Flores del que nos pega, del que se emborracha del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las mujeres que intrigan y levantan falsos testimonios.
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género.
Tantas flores serían necesarias
para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.
Amanece con pelo largo el día curvo
de las mujeres.
Queremos flores hoy.
Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.

6 de marzo de 2012

ECUADOR: Reprimen Protesta en Embajada de China por Megaminería en Cordillera del Cóndor



La organización ambientalista Acción Ecológica divulgó hoy el maltrato y desalojo que sufrió medio centenar de personas que ocupó pacíficamente la embajada de China en Quito en protesta por la firma de un contrato minero a desarrollarse en la Cordillera del Condor.

La acción de protesta de medio centenar de personas se produjo alrededor de la 1 p.m. del lunes 5 de marzo, poco antes de la firma de un convenio entre el gobierno de Ecuador y la empresa China Ecuacorrientes Resocurces (ECSA).

Activistas de derechos humanos denuncian que la represión fue excesiva y los ocupantes sufrieron un maltrato injustificado. Siete mujeres se encuentran aún detenidas en la sede de la Policía Judicial.

Según ha trascendido la Embajada China no pidió la intervención policial ni tampoco ha formulado cargos contra los manifestantes.

En los exteriores se encontraban alrededor de 50 personas que respaldaban el acto, además de periodistas y asambleístas; que también fueron víctimas de la represión.

Grupos urbanos y ciudadanos organizados se han convocado en los exteriores de la Policía Judicial para exigir la liberación de las ciudadanas detenidas.

La protesta es en rechazo al megaproyecto “El Mirador”, una propuesta para explotar un yacimiento de cobre, a cielo abierto, en un área de gran diversidad biológica, en la Cordillera del Cóndor, en la frontera con el Perú.

Este proyecto iniciaría en Ecuador una fase de explotación minera a gran escala y profundizaría la actividad extractiva luego de varios años de exploraciones mineras.

El tajo abierto del proyecto Mirador tendrá 1km en diámetro y trescientos metros de profundidad. Se prevé el procesamiento de 27 mil toneladas diarias de roca mineralizada, lo que representa casi 600 toneladas de cobre concentrado por día y más de 26 mil toneladas diarias de escombros.

La Cordillera del Cóndor es territorio ancestral del pueblo Shuar, dividido por los límites fronterizos y la guerra entre Perú y Ecuador. Hoy en día hay cuatro pueblos que tienen las mismas raíces: los Shuar y Ashuar, del lado ecuatoriano y los Awajun y Wampis del lado peruano.

Servindi-Lima 05.03.2012

5 de marzo de 2012

La violencia contra la razón y la vida

Pronunciamiento de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Socio Ambientales ante la brutal detención de 8 activistas en protesta contra la minería


Varios medios de comunicación del Ecuador reflejaron la brutal detención de 8 compañeras activistas de diversas organizaciones que protestaban frente a la Embajada de China la firma irregular de un contrato del Estado Ecuatoriano con la Empresa Minera China Ecuacorreinte que pretende explotar el proyecto Mirador, ubicado en una de las zonas de mayor biodiversidad ecológica del Ecuador, además de ser territorio de diversos pueblos indígenas.

Las fotos de la detención son por demás elocuentes nos muestran el uso de la fuerza y violencia contra la denuncia y la palabra, la represión autómata contra la organización espontanea de un pueblo, el desarrollismo capitalista y machista frente a la construcción de un nuevo tipo de sociedad donde el sumaj kausay sea el camino que respete los derechos humanos por igual.

Una vez más constatamos que este buen vivir, no se lo construye con discursos retóricos elaborados en 4 paredes, el sumaj kausay se lo va construyendo y se lo construirá desde las calles y la resistencia de las mujeres y hombres organizados capaces de plantarse ante los proyectos de muerte y destrucción, con palabras y propuestas, pero sobre todo con la tenacidad de creer en que es posible un Ecuador sin minería, de que es posible un Mundo sin Minería.

Ante esto hechos el Comité de Coordinación de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Socio Ambientales:

Condenamos la detención de las 8 compañeras y demandamos su inmediata liberación

Nos solidarizamos con el pueblo ecuatoriano que una vez más ven avasallados sus derechos

Demandamos al Gobierno Ecuatoriano a escuchar la voz de su pueblo y ser consecuente con el cumplimiento de la Constitución Política del Ecuador que garantiza los Derechos de la Naturaleza, los Derechos Colectivos y de Pueblos Indígenas,

Llamamos a las organizaciones de mujeres, indígenas y pueblo en general velar por la seguridad de las compañeras criminalizadas

Nos solidarizamos de manera particular con la compañera Gloria Chicaiza miembro de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Socio Ambientales, de manera pública queremos expresarle a Gloria que nuestra mirada y nuestro pensamiento y luchas la acompañan.


La vida no se vende, la vida se defiende…
NO A LA MINERIA EN LA CORDILLERA DEL CONDOR

Policía detiene a mujeres defensoras del Medio Ambiente en Ecuador

Ocho defensoras del medio ambiente fueron desalojadas por la policía de la embajada de China en Ecuador. El vocero de Acción Ecológica, Benito Bonilla, informó que las ocho mujeres permanecieron más de tres horas dentro de la misión diplomática y que entregaron una carta al embajador en donde se expresa el rechazo a la próxima suscripción de un contrato entre el Estado Ecuatoriano y una empresa China para la explotación de cobre, lo cual daría inicio a operaciones de megaminería en ese vecino país.
Dado las informaciones que han circulado señalan que las mujeres fueron agredidas físicamente y que al cabo de 5 horas seguían detenidas habiendo sido incluso incomunicadas.
Se exige al Gobierno del Presidente Correa que garantice los derechos e integridad de las mujeres detenidas. Esperamos que nuestras compañeras puedan regresar con sus familias inmediatamente. Nuestra solidaridad con las detenidas y sus familiares.
Nombre de Defensoras Ambientales Detenidas
- Gloria Chicaiza
- Valeria Suárez
- Aurora Donoso
- Gabriela Ruales
- Fernanda Soliz
- Nathalia Santa
- María Ivonne Ramos
- Nathalia Bonilla
Testimonio Fotográfico
Fuente: El Comercio-Ecuador











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