Gioconda Belli
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas, qué poco,
para que el mundo acumule flores frente a
nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos
y ayudáramos en la cocina.
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía.
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas.
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir a riesgo de nuestras vidas.
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte.
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas y nos encerraron por locas.
Flores del que nos pega, del que se emborracha del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las mujeres que intrigan y levantan falsos testimonios.
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género.
Tantas flores serían necesarias
para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.
Amanece con pelo largo el día curvo
de las mujeres.
Queremos flores hoy.
Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.
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