14 de septiembre de 2013

Derrame de Cianuro en México confirma y debiera aumentar las preocupaciones sobre la minería expresadas por el Papa

Una de las mentiras que las empresas mineras repiten en todos los países donde pretenden instalarse es que las operaciones mineras se pueden hacer cuidando el medio ambiente. Realizar minería a cielo abierto y cuidar el medio ambiente es una contradicción que la realidad permanentemente nos permite constatar.

Tal es el caso del accidente que sucedió el 22 de agosto en las cercanías de la ciudad de Hermosillo, capital del Estado de Sonora en México donde volcó un camión que contenía 16.000 litros de cianuro que era transportado hacia una mina de oro y plata.

El vuelco se produjo sobre una canaleta que sirve para trasladar el agua de lluvia al río Yaqui que esta vez condujo el líquido tóxico hasta el torrente, secando toda la vegetación a su paso y causando la muerte a varias especies de animales río abajo. Las lluvias en días posteriores agravaron aun más la situación.



Como siempre las comunidades las más afectadas

Para prevenir males mayores las autoridades solicitaron a los pobladores que no se acercaran al cauce del río, que no utilizaran el agua bajo ningún concepto y en las comunidades de Onavas y Rosario Tesopaco, en el sur de Sonora, se dejaron de utilizar los pozos que abastecen de agua potable a las comunidades.
También se acordó cerrar las compuertas de la represa El Novillo por lo que se redujo la generación de electricidad en Sonora y Sinaloa.

No existe el uso seguro del cianuro

La prensa informó que 10 personas habían tenido que recibir atención médica por haberse expuesto a los vapores de cianuro. “La contaminación por derrame de cianuro es grave porque es uno de los tóxicos más potentes que hay”, indicó un académico del Departamento de Ingeniería Química y Metalúrgica. Incluso en la Unidad Estatal de Protección Civil, el grupo de trabajo interinstitucional informó que los análisis que se practicaron a las muestras de agua que se tomaron de la zona impactada inmediatamente después del accidente resultaron positivos.

Sin embargo, la televisión ha repetido casi textualmente mensajes muy tranquilizadores provenientes de lo que parece ser un comunicado oficial de la empresa transportadora Posabro SA responsable del accidente.

Quizás sea esta estrategia de comunicación tranquilizadora lo que aprenden a “manejar” las empresas que, como ésta, se encuentra certificada con el “Código Internacional para el Manejo del Cianuro” (ICMI por su nombre en inglés), un sello creado al amparo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y administrado por una organización en Washington. En síntesis, una forma más de engañar a la gente haciéndole creer que es posible el uso seguro nada menos que del cianuro.

Es de esperar que con este tipo de estrategias no logren engañar al Papa Francisco que recientemente mostró preocupación por el impacto de la industria minera en el mensaje enviado el 7 de setiembre a los participantes en la Jornada de reflexión sobre la industria minera mundial, organizada por el Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Entre otras ideas, en su comunicación expresaba “no siempre sin motivo la actividad de las industrias extractivas se ha visto como una explotación injusta de los recursos naturales y de las poblaciones locales, reducidas, a veces a la esclavitud y obligadas a mudarse, abandonando sus lugares de origen... La actividad extractiva, como tantas otras actividades industriales, tiene repercusiones ecológicas y sociales que pasan de una generación a otra”… y agregaba “para no repetir los graves errores del pasado, las decisiones hoy no deben tomarse sólo teniendo en cuenta las perspectivas geológicas o los beneficios económicos de los inversores y de los Estados.... es indispensable e inevitable un proceso decisorio nuevo y más consciente que tenga en consideración la complejidad de los problemas en cuestión en un contexto de solidaridad”.

Lamentablemente hasta el momento las empresas continúan priorizado sus beneficios económicos por lo que las comunidades siguen sufriendo por los “errores” de las mineras.

Artículo elaborado por la Red con información tomada de Primera plana, La Jornada y UniradioNoticias.com. La foto es de imparcial.com

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