14 de agosto de 2015

EL PAPEL DE LAS MUJERES EN RESISTENCIA

MUFRA.- La minería metálica en El Salvador, al igual que en otros países de Latino américa y el mundo ha generado graves violaciones a derechos humanos, las poblaciones tienen que lidiar no solo con la escasez y contaminación del agua, sino con la amenaza permanente a la salud y a la vida, la contaminación a los suelos cultivables, etc. Además de afrontar con problemas sociales que se originan por las falsas expectativas que las empresas generan entre los pobladores; pero ¿cómo afecta esto a las mujeres?
En el Municipio de San Isidro en el Departamento de Cabañas, al norte de El ¨Salvador la empresa canadiense PacificRimtenía todas las intenciones de explotar la mina El Dorado, para lo cual inició una
campaña en el año 2005 de engaño y desinformación junto a las autoridades edilicias y diputados de derecha que vendieron a las comunidades, la minería como fuente de progreso y desarrollo, sin explicar sus efectos negativos.
En San Isidro, en la medida en que los hombres ingresan a la mina a trabajar, las mujeres asumen el cuidado de los hijos e hijas y de los adultos mayores, así como la carga doméstica, que si bien es cierto históricamente ha sido relegada a las mujeres (trabajo del cuidado) en lo rural los hombres asumen algunas tareas que debieron ser recargadas a ellas  como rajar leña, ir al río a buscar agua, cuidado de animales y aves de corral, etc. 
Así mismo han tenido que sufrir la pérdida de la paz y la tranquilidad por las divisiones surgidas tanto al interior de las familias y de las comunidades, como entre generaciones, debido a las posiciones encontradas frente a la minería y a la estrategia de compra de voluntades y al rompimiento del tejido social promovido por la empresa PacificRim.
Las mujeres han sido víctimas de críticas, descalificación y culpabilización por la pérdida de empleos, debido a la oposición de las liderezas contra la minería; a la incertidumbre  ante el riesgo de desarraigo si son obligadas a vender sus tierras o tienen que desalojar sus lugares de origen por la contaminación. Al temor, como resultado de la difamación y las amenazas a personas líderes y  liderezas, activistas ambientales, el hostigamiento de la PNC a personas jóvenes en espacios públicos, los intentos de asesinato y los asesinatos de personas que se oponían a la minería ha afectado la salud mental, además de poner en riesgo la vida de ellas, pero también han sido expuestas al sentido de desprotección debido a la impunidad y la pérdida de confianza en el Gobierno Municipal y otras instituciones del Estado, con sospechas de compra de voluntades y corrupción.
A pesar de todo lo anterior, es admirable la firmeza y decisión con la que las mujeres han asumido la lucha por la vida, por defender el agua y sus tierras en San Isidro, por defender al Titihuapa como fuente de vida para las comunidades del Departamento, con lo cual mujeres y hombres han logrado  organizarse comunitariamente, lo que les permite ser más fuertes en su lucha y junto a otras comunidades y organizaciones a nivel nacional lograron detener la explotación minera en el país, obligando a los políticos y candidatos presidenciales  a pronunciarse públicamente en contra de esta actividad destructiva.
Actualmente El Salvador enfrenta una demanda por $301 millones de dólares en el CIADI, dependencia del Banco Mundial, por no permitirle  explotar la mina El Dorado en San Isidro, y ahora viene la  Oceana Gold, quien ha comprado las acciones de la Pacific Rim, buscando insertarse en la comunidad por medio de la “Fundación El Dorado” contratando a personas para que realicen labores de limpieza y ornato de las instalaciones de la mina, tratando de ganarse la voluntad de las personas, burlándose descaradamente de su inteligencia como si no tuvieran memoria y ya hubieran olvidado el daño que generaron en el 2009.
A casi un año de haberse realizado la última audiencia el CIADI sin que se dé a conocer la resolución final las mujeres junto a los hombres, niñas y niños y adultos mayores en San Isidro, mantienen la  firme su convicción de luchar y resistir contra la minería en El Salvador, fortalecidas en su auto-estima y su sentido de dignidad como ciudadanas sujetas de derechos, e integradas al Movimiento Unificado Francisco Sánchez 1932- MUFRAS-32, demostrando por medio de las “Alternativas Económicas Sostenible” que se puede llevar desarrollo a las comunidades sin exponer la vida de las personas a actividades destructivas y altamente contaminantes, promoviendo la economía social solidaria y el cooperativismo como una opción de vida, continuaran organizándose y movilizándose hasta lograr la prohibición de la minería metálica en El Salvador.

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