31 de octubre de 2011

Recordando a más de nueve millones de mujeres torturadas y asesinadas como "brujas"

Beatriz Aurora



Un aspecto  que de otro modo sería inexplicable en la historia medieval adquiere un comprensible y crítico significado político. Esto es, la extrema difamación de las mujeres por la iglesia como origen carnal de todo mal.

En la Mayoría de los libros de historia, se mencionan a lo sumo al pasar las intermitentes cazas de brujas a través de varios siglos en que, por órdenes de la iglesia, los hombres infligían sádicamente horribles torturas a muchas miles, quizá millones, de “brujas”1

Cuando hay referencias a estas bárbaras persecuciones de mujeres (en su mayoría condenadas a morir lentamente en la hoguera), por lo general se explica como resultado de una histeria masiva. Se nos dice que desde el siglo XIII al XVI, el campesinado europeo sencillamente enloqueció o, como  alternativa, que las brujas mismas eran dementes, que “millones de brujas, hechiceros, posesos y obsesos eran una enorme masa de neuróticos y sicóticos graves” pero “la obsesión por las brujas no era ni fiesta de linchamiento ni un suicido en masa de mujeres histéricas. En lugar de eso, seguía procedimientos bien ordenados y legalistas. Las cazas de brujas eran campañas bien organizadas, iniciadas, financiadas y ejecutadas por la iglesia y el Estado.

Una razón para iniciar tales persecuciones, fue que comenzando con el tratamiento a los monarcas y la nobleza en el siglo XIII “médicos” varones educados por la Iglesia (que en realidad no recibían  ninguna formación práctica para curar) empezaron a competir con las tradicionales “curanderas”, quienes ahora eran acusadas de tener “poderes mágicos” que afectan la salud y a menudo eran  quemadas en la hoguera por el “crimen” de usar estos dones para ayudar y sanar. Otro Motivo para impulsar las persecuciones, reflejado en la acusación de que existían asambleas organizadas de brujas donde los paganos se reunían en los bosques para unirse con los demonios, era que luchas de estas mujeres claramente se aferraban a antiguas creencias religiosas, probablemente incluyendo la adoración a alguna deidad femenina. Pero el cargo más frecuente y revelador, es que las brujas eran acusadas simplemente de ser sexuales; pues a los ojos de la iglesia, todo el poder de las brujas derivaba al final de cuentas de su “pecaminosa” sexualidad femenina.

La caza de brujas oficialmente aprobadas, al igual que la repetida denuncia eclesiástica de las mujeres como sexo, no eran fenómenos excéntricos ni desconectados. Eran elementos esenciales  primero para la imposición y luego para la mantención de la androcracia: medios necesarios, y en tal sentido razonables, para detener los períodos resurgimientos gilánicos.

En la histérica antisexualidad de la Iglesia y su violenta represión que, hicieron de la “moral” de la Edad Media un “cruce entre un matadero y un manicomio” hay un carácter esencialmente antifeminista de la condenación del sexo por la Iglesia y de lo que, por sobre todo lo demás, la Iglesia consideraba “herético”. El nexo común que unía a las diversas sectas heréticas que la Iglesia perseguía tan cruelmente era su identificación con los así llamados valores femeninos. Estas sectas adoraban a la Virgen como Nuestra Señora del pensamiento. Y al igual que las primeras sectas cristianas que desempeñaron tan importante papel en el resurgimiento gilánico de su tiempo, a menudo también otorgaban a las mujeres un alto estatus, e incluso posiciones de liderazgo.

Significados de Términos:

Gilánico: Gilania (gylany). Gy deriva de la raíz griega gyne, o “mujer”, representa la resolución de nuestros problemas a través de la liberación de ambas mitades de la humanidad, la vinculación entre ambas mitades de la humanidad, describe la alternativa real a un sistema basado en la jerarquización de una mitad de la humanidad sobre la otra.

Androcracia: Forma de organización social basada en el predominio y la autoridad  del hombre sobre la mujer.

Herético: Relativo a la herejía o al hereje (idea religiosa u opinión de una ciencia o arte)

Paganos: Se  aplica a la persona que no cree en la doctrina cristiana/Se aplica a la persona que adora a varios dioses o imágenes, especialmente en la antigua Grecia y Roma.

1  Eisler,Riane. El Cáliz y la Espada. Martínez de Murguía. Madrid, 1990.

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