Fotos: Periódico Equilibrium.
Una mujer que carga sobre sus hombres más de 60 años se toca la
garganta. Le duele; el dolor se le agudiza cuando una gripe la ataca.
Ella piensa que es porque bebe agua contaminada.
Doña María Blas de Umanzor es una residente de los alrededores del
Río San Sebastián, en Santa Rosa de Lima, La Unión, donde empresas
mineras han sacado decenas de toneladas de oro desde 1904.
De
hecho, esa mina que ahora le causa tanto daño ambiental y humano a El
Salvador, fue considerada
la más próspera de Centro América, según los registros históricos de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
la más próspera de Centro América, según los registros históricos de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
Como doña María, decenas de personas manifiestas algún síntoma, entre asma y problemas renales, por citar solo dos ejemplos.
Así se interpretan las ponencias de diversos conocedores de la
materia que este miércoles participaron en un evento de la Mesa Nacional
frente a la Minería Metálica, con el cual se pretende denunciar
públicamente los efectos nocivos de la minería y exigirle a la Asamblea
Legislativa que, de una vez por todas prohíba esta industria en El
Salvador.
San Sebastián ahora es un río que en algunos de sus tramos presenta una coloración naranja, ahí no hay vida.
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