Adelinda era una lideresa campesina que dedicó su vida al
trabajo comunitario, realizó muchas denuncias en contra de la minería ilegal y
trasnacional y la violación de derechos humanos en el macizo colombiano y entre
otras tareas en los últimos tiempos impulsó un Foro Minero y Ambiental que
congregó a más de 1500 campesinos e indígenas. Adelinda era parte de las organizaciones campesinas CIMA - CNA (Comité de Integración del Macizo Colombiano - Coordinador Nacional Agrario). Adelinda había sido amenazada un mes atrás
para que dejara la lucha antiminera y fue emboscada y asesinada el 30 de
septiembre. Las amenazas que recibió vía telefónica son cruciales en
la investigación para hallar a los responsables de tan atroz hecho.
parte
parte
Nuestra Red, conformada por mujeres de movimientos, colectivos y organizaciones
en Guatemala, Honduras, El Salvador, México, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia,
Chile, Uruguay y Argentina donde hay empresas mineras que pretenden también
ocupar nuestros territorios, condena el accionar de todo tipo de violencia,
pero más aún condena la violencia de los asesinos de cuello blanco que se
ensangrientan las manos a través de sicarios. ¿Cuánto puede valer la vida de
una madre? ¿La vida de una mujer? ¿Cuánto vale la vida?
Condenamos la inacción del gobierno colombiano al no prevenir hechos de esta magnitud y, al
igual que la mayoría de nuestros países, promocionar la instalación de empresas
mineras mientras se asesinan personas que se oponen a ellas y se ignoran los reclamos de defensa de los
derechos humanos, del territorio, del agua, de la vida...
Como mujeres nos solidarizamos con los familiares de Adelinda,
abrazamos en la distancia a sus hijos y
reclamamos que se haga justicia por este asesinato. Es imperioso esclarecer los
hechos y encontrar a los responsables como así también que se proteja a las personas
que hoy se encuentran amenazadas en Colombia y se garantice la defensa de los
derechos humanos y del territorio. Llamamos a las organizaciones de mujeres, a
las compañeras de Adelinda a protegerse y no dejar que este nuevo crimen quede
también impune como tantos otros.
Instamos a las instituciones internacionales de derechos
humanos a que sancionen el proceder de estas empresas y los gobiernos que las
permiten.
Continuaremos en alerta y vigilantes ante esta triste
situación. No permitiremos que el nombre de Adelinda quede en el olvido y
lucharemos porque de su sangre germine la justicia.
LA VIDA NO TIENE PRECIO, LA VIDA SE CUIDA Y SE DEFIENDE
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