4 de junio de 2013

En el Dia del Medio Ambiente

Siempre se ha visto al medio ambiente como algo poco relacionado con lo social y económico. Sin embargo, queda muy claro a través de esta nota que el impacto "ambiental" de la minería metalífera a gran escala es para las mujeres fundamentalmente social y económico. 

Minería metalífera a gran escala
Impactos socio – económicos de género y cargas agregadas para las mujeres

Como adelantáramos en nuestra nota anterior, una revisión bibliográfica recientemente realizada por la trabajadora social Eider Martinez Merino[1]resume los impactos diferenciados de género que provoca la minería metálica a gran escala. También realiza una recopilación de lo que se denominan “cargas agregadas”, o sea, aquellas tareas que las mujeres tienen que realizar sumadas a las habituales por causa de la instalación de empresas mineras en su territorio.  Presentamos aquí una síntesis de sus principales hallazgos en relación a los impactos sociales y económicos
Parte del estudio consistió en el análisis del rol de la mujer campesina dentro de las comunidades andinas. Este pudo realizarse gracias a la información obtenida, sobre todo, en los estudios de Mª Teresa Arana, Julia Cuadros y María Bastidas en las comunidades de las provincias andinas de Cajamarca, Espinar y Cotabambas del Perú.Se corroboró además que la mayoría de estos impactos se repetían en los estudios de caso realizados en comunidades andinas de Bolivia yen la Argentina.

Características de las comunidades andinas analizadas afectadas por la minería metálica a gran escala

La provincia de Cajamarca en Perú se encuentra a 2,765 msnm, mayoritariamente rural (79.3%).  Es el segundo departamento más pobre del país, con un índice de pobreza de 51.7% . La tasa de analfabetismo es del 25.9% y se concentra más en las mujeres (74.6%) que en los hombres (25.4%).[En esta Provincia se encuentra Yanacocha, considerada la mina de oro más grande de América Latina. Minera Yanacocha, tiene bajo su responsabilidad uno de los accidentes ambientales más graves en la zona, el derrame de mercurio en el año 2000.

Cotabambas es una provincia ubicada en la zona alto andina del Perú. La altitud en la que se encuentra la provincia, limita su potencial de desarrollo a actividades agropecuarias, básicamente de sobrevivencia. Un gran porcentaje de la producción agrícola está destinada al autoconsumo familiar y al trueque; el porcentaje de venta generalmente es del 10% de lo producido, con pocas excepciones.[La suiza XstrataCopper Perú genera conflictos en la zona desde hace más de 8 años].

La provincia de Espinar está ubicada entre los 3.500 y 4.500 metros, El 54% de su población vive en zonas rurales. El 52% de la PEA se dedica a actividades agrícolas y pecuarias. El 32,7% de los hogares están bajo la jefatura de mujeres.  La tasa de analfabetismo es de 85,7%, el índice de escolaridad es de 86,1%.  El 49,8% de la provincia son mujeres. el 22% de las mujeres son analfabetas, el 70% del total habla quechua como lengua materna. [La minería se inició en 1985, adquirida por la suiza XstrataCopper en mayo de 2006]

Las comunidades analizadas, son comunidades rurales campesinas, donde la actividad productiva principal es la agropecuaria. En ellas existen altos índices de pobreza extrema y moderada, de analfabetismo, falta de acceso igualitario a los recursos y el mantenimiento de la economía de subsistencia. El machismo, está mucho más marcado en las esferas familiares, sociales y comunales que en las áreas urbanas, los roles de género generanquelasmujeres tengan desventajas en el acceso a la tierra y al agua, en la disposiciónde su uso y la toma de decisiones y nose benefician equitativamente de la gestión y administración de recursos naturales.

Para poder visibilizar los impactos diferenciados por género, primero se establecerán las funciones del rol femenino en las diferentes esferas.Las mujeres, sobre todo en las áreas agrícolas, se identifican en su rol del género femenino de ser esposas y madres, siendo las responsables del cuidado, alimentación de los hijos e hijas, de abastecer la casa de agua y alimentos, como parte de su rol reproductivo. Son las responsables de las tareas productivas como el cuidado de los animales menores, el pastoreo, entre otras, actividades a las que algunas le suelen añadir la tarea de hacer quesos, artesanías,... para vender en el día de la feria.

En cuanto a la toma de decisiones las mujeres suelen seguir subordinadas a las decisiones de los hombres ya que las tierras casi siempre están a “nombre” de los hombres, impidiendo que las mujeres tengan decisión sobre ellas. Como regla general las mujeres trabajan más y más tiempo que los hombres, se levantan más temprano y se acuestan más tarde. Esta realidad dificulta la participación de las mujeres en la esfera pública, por lo que  la participación de las mujeres en los espacios comunales y públicos en general es mínima, salvo los referidos a los programas sociales o a su participación en las organizaciones específicas de mujeres referidas a la alimentación. En las asambleas comunitarias, las mujeres casi no participan y las decisiones corren por cuenta de los hombres. Sin embargo, es necesario recalcar el imprescindible papel de las mujeres en laresistencia y lasluchas en pro de sus derechos y los derechos de la naturaleza.

Impactos sociales de la minería en las mujeres

Como dijimos en nuestra nota anterior el marketing de las empresas mineras hace posible que éstas ingresenen el imaginario colectivo como fuente de empleo, riqueza y desarrollo. Estos conceptos son fomentados además por las autoridades estatales y locales y amplificados por los medios de comunicación. Sin embargo, en las comunidades hay diferentes actitudes hacia la minería.

Algunos consideran al proyecto minero como la entidad poderosa que les va proveer la única fuente de empleo, mejorar los servicios de salud y educación, capacitar en temas agropecuarios y una oportunidad única para mejorar sus infraestructuras básicas, como agua, desagüe, electricidad, carreteras, etc.

Otros,  rechazan al proyecto minero, pues conciben las externalidades ambientales como una posible contaminación y la afectación a sus campos agrícolas. Ven también una competencia por los recursos escasos, como son el agua, la tierra, el medio ambiente y el hábitat. Además, consideran que el Estado y los gobiernos locales monopolizan el poder de decisión sobre las cuestiones mineras sin consultar a las comunidades.

En ambos casos, la estructura organizacional y de poder de las comunidades se ven afectadas con la llegada de la empresa minera, ya que es un actor económico poderoso, que influye en las relaciones sociales y económicas. Esto se acentúa cuando las empresas mineras desconocen o deciden pasar por alto los organismos tradicionales de toma de decisiones y negocian con personas que no cuentan con la confianza o el respaldo de la propia comunidad. Muchas veces generan relaciones de clientelismo con las comunidades y autoridades locales, mediante sobornos y otras formas de corrupción que deterioran el entramado social y provoca un debilitamiento de la institucionalidad.

En el caso de las mujeres, en las comunidades analizadas, uno de los principales problemas es el acceso a la propiedad de la tierra. Tanto en el caso de las comunidades como en las propiedades particulares, las mujeres propietarias o posesionarias son muy pocas debido principalmente a la discriminación de género. Es por ello que cuando la comunidad entra en un proceso de negociación con la empresa minera, las mujeres no son consultadas.

El debilitamiento institucional, la corrupción, la desconfianza y las divisiones y enemistadas creadas, así como la discriminación en la toma de decisiones hacia las mujeres interfieren negativamente en la cohesión social de las comunidades. En muchos casos se crea un fuerte aumento de tensión, desconfianza, y se crean divisiones y conflictos dentro de las comunidades y de las familias, provocando una polarización y fragmentación de la vida comunitaria, poniendo vecino contra vecino.

En el caso de que el marido tenga trabajo en la minera, la responsabilidad de las chacras mayoritariamente recae sobre la mujer, que ve como se le añaden cargas que se traducen en más horas de trabajo, más estrés y más estado de ansiedad para la mujer. Muchas veces, esta dinámica  se convierte en fuente de conflicto y rupturas de hogares. Además es necesario destacar quela inestabilidad familiar y económica, termina afectandoen las relaciones de género quesuelen derivar en un aumento de la violencia emocional, mental, física e incluso sexual hacia las mujeres.

Julia Cuadros registra que, en la zona de las Bambas, Perú, en los primeros meses de la presencia de la empresa minera, observaron un aumento de cantinas y discotecas donde se ejercía la prostitución por parte de mujeres que no eran de la zona yaumentó el alcoholismo, fundamentalmente en los varones adultos y jóvenes.

La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), reveló que el sector productivo con más prevalencia de bebedores problemáticos y uso de drogas es el minero. En el año 2003 un 31,7% de los trabajadores de la minería tenía problemas con el alcohol, este índice subió a 47% en el 2007. En el uso de drogas, el panorama no es mejor. 

El aumento del alcoholismo y de los problemas sociales afectan negativamente a la mujer ya que suelen generar incremento de violencia familiar y sexual.  Julia Cuadros y María Bastidas en sus estudios comprueban que las mujeres sufren violaciones e intentos de violación con o sin amenazas e intimidaciones por promesas falsas de matrimonio o de trabajo.Las noches y las calles dejan de ser seguras, especialmente para las mujeres, se acentúa el acoso en las calles,  aumenta el miedo.

Por lo general en las áreas rurales la vida tiene características muy particulares, se vive “en una especie de comunidad familiar ampliada en la que la proximidad y el trato son fundamentales. El compromiso con los demás es sumamente evidente”.La llegada de cientos de foráneos, bares y discotecas que acompañan a la actividad minera, impactan en la cohesión social y las formas de relacionarse basadas en la reciprocidad y el trabajo comunitario. Esto influye en la desvalorización de su cultura, afectando los valores en lo más profundo de la comunidad, su identidad.

La estructura institucional y organizacional también se ve afectada. Las diferentes opiniones y el desigual reparto de los beneficios de  la actividad minera provocan que la comunidad e incluso las familias se enfrenten y los conflictos socioambientales aumentan. Además los problemas sociales como el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución, el juego,… se acentúan y con ello aumenta la violencia y la inseguridad en la zona. Todos estos impactos sociales dejan una población profundamente dañada y afectada que se mantiene aun después del cierre de la mina.


Impactos socio-económicos de la minería metálica a gran escala en la mujer

La empresa minera se introduce y altera totalmente la economía de la zona. El cambio de la economía de subsistencia por la economía de mercado es uno de los primeros y más abruptos impactos que sufren sus pobladores. Esta imposición implica una erosión importante o incluso la destrucción de los valores y costumbres tradicionales que han sido esenciales en el sostenimiento de la solidaridad y la unidad de familias y comunidades.

Los cambios generados afectan con cargas diferenciadas a la mujer, ya que así como los estilos de vida tradicionales se debilitan, el aporte de la mujer a la producción de subsistencia también pierde valor en una nueva economía monetaria. Quien trabaja en tareas no remuneradas en el hogar o en la comunidad se lo categoriza como “improductivo, desocupado y económicamente inactivo”.  Se produce un debilitamiento de los roles socioculturales tradicionales de la mujer, afectando y desvalorizando su trabajo como recolectora de alimentos,  suministradora de agua, cuidadora y nutridora, entre otros muchos.

La presencia de la actividad minera en una zona, también significa el incremento de la presencia de personas foráneas en la ciudad;  los trabajadores de la mina, los que van a buscar trabajo o a realizar alguna transacción. Esto genera un incremento de los precios de los bienes locales (precios de las casas, terrenos, servicios, entre otros), los salarios de profesionales (que además de ser muy pocos, usualmente no provienen de las comunidades locales) y los precios de todos los bienes de uso o consumo cotidiano. Esto supone un aumento del costo de vida en las comunidades, afectando muy negativamente en la economía familiar. El poder adquisitivo de las comunidades y su nivel de vida va disminuyendo.

La mujer, como principal gestora de la economía familiar, sufre de manera diferenciada esta nueva realidadya que ve como debido a la subida de precios, no puede cubrir satisfactoriamente las necesidades familiaresy debe incrementar sus ingresos, buscando alternativas económicas para suplir estas carencias. Su opción suele ser el mercado informal, ya que las ofertas laborales de las empresas no suelen incluir a las mujeres salvo en actividades de servicio como limpieza.

Al no haber una complementariedad en la división del trabajo, cuando la mujer trabaja en aspectos productivos no deja de realizar sus actividades reproductivas, sino que las tiene que realizar además de trabajar y utiliza sus días de descanso o sus horas libres. La apreciación de las mujeres es que el trabajo es una oportunidad para complementar sus ingresos familiares, lo que minimiza en sus percepciones la carga adicional de trabajo que están teniendo.

Por último es necesario destacar que las cargas adicionales de trabajo que las mujeres se ven obligadas a aceptar suelen ser transferidas a los hijos e hijas. Las tareas de pastoreo, hilado, tejido y las tareas domésticas que eran parte del rol productivo de las mujeres han sido trasladadas a los niños y niñas de mayor edad en la familia. Sin embargo la transferencia de cargas afecta de manera desproporcionada a las niñas.

Es por ello que en aquellas comunidades en donde la empresa minera desarrolla programas de empleo temporal, se advierte ausentismo en la escuela y en algunos casos deserción escolar. El no acceso a una educación impacta más sobre todo en las niñas de las zonas rurales, lo que provocará un aumento en la brecha de género de las futuras generaciones. 

El analfabetismo, la poca movilidad y la dificultad en el acceso a los recursos que la actividad minera acentúa, hace que en los contextos rurales empobrecidos se consoliden y perpetúen los injustos roles de género.  Esto hace que el desarrollo personal de las mujeres y niñas de las comunidades afectadas por la minería sea cada día más difícil de alcanzar. La minería hunde todavía más a las mujeres en la pobreza, el desposeimiento y la exclusión social.

El ingreso de la minería en una comunidad, al interferir en las esferas familiares, comunales, sociales, productivas y políticas, trae consigo un proceso de desestructuración y empobrecimiento comunal, que genera mayores asimetrías y profundiza las brechas sociales, económicas y de género dentro de la comunidad, la región y el país.

Destrucción de las formas de sustento y de vida, desintegración social, cambios radicales y abruptos en las culturas regionales, desplazamiento de otras actividades económicas locales actuales y/o futuras son algunos de los altos costos sociales que trae aparejada la minería. De hecho esta actividad está catalogada como una de las actividades humanas más dañinas, en términos medioambientales, socioculturales, económicos como también de género, siendo el femenino el más perjudicado.







[1]Eider Martinez Merino es diplomada en Trabajo Social y tiene un máster en Cooperación al Desarrollo y Gestión Pública y de las ONGs.  Acción Ecológica y Entrepueblos la han acogido durante un año que ha estado en Ecuador realizando este trabajo de síntesis bibliográfica para la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales. El trabajo completo se pondrá a disposición en nuestra página a la brevedad

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